domingo, 23 de agosto de 2009

HECHOS INSÓLITOS Nº4- EL HOMBRE QUE SUFRÍA ALUCINACIONES

Hola tú que lees.

Me llamo Mario, de apellidos Cabanillas Sánchez; lo siguiente que procedo a narraros viene sucediendo desde hace aproximadamente seis meses.

Un mediodía estando en casa, tras echar la siesta del carnero (la de después de comer y que mejor sienta), me disponía a disfrutar de una musaca griega previamente descongelada, aquél día más que nunca pues me había prometido no alimentarme más ya de congelados por muy atractivo que sea el contenido o barato y socorrido su cometido; como digo, en el justo momento en que hincaba el primer bocado al plato, noté con el pie algo debajo de la mesa; justo en una pata de la mesa Ifea modelo Göljkor descubría una berenjena perfectamente apoyada; he ahí cuando dos profundas dudas me asaltaron al medio segundo de percibir aquella espontánea verdura depositada con evidente premeditación. A saber: 1) en esta casa no habita nadie más que servidor, y si yo no la he depositado ahí, ¿quién pues?... y 2) odio las berenjenas, tanto por su sabor como por su aspecto y si yo no la he depositado ahí, ¿Quién lo ha hecho, conoce mis aversiones?; al cabo de otro segundo me asaltó una tercera duda: 3) si alguien había entrado en el piso, seguramente durante mi siesta, ¿por qué mandangos había realizado tal acción entonces?; una vez pasado el inicial pasmo, mientras reflexionaba tratando de analizar la situación y disponía a sacar la antipática verdura de debajo la mesa, una cuarta duda asaltó mi mente: ¿era algún tipo de mensaje conteniendo algún descifrable significado?. Fue ésta sosegada duda la que hizo que me pusiera en pie, mano en barbilla, intentando extrapolar desde la abstracción cualquier mensaje encriptado en la susodicha escena más propia de cualquier museo vanguardista, sección poemas visuales.

Y ahí quedó todo. Desvié la mirada dos segundos hacía el techo, atento a los jadeos y consiguientes golpes de algún tresillo (en sincopado traqueteo-crescendo) en el suelo vecinal superior producidos por el desahogo copular de mis ociosos vecinos, cuando al dirigirme de nuevo al objeto de estudio, descubría atónito la súbita desaparición del cuadro.

No había berenjena. Volatilizada. Desaparecida.

Ese es el inicio de una concatenación de imágenes y acciones que os va a parecer digna del más psicodélico capítulo de cualquier serie de dibujos animados de la era soviética que tan pedagógicamente amenizaron mi infancia y gratamente estimularon la imaginación desde temprana edad.

Absorto todavía en mi cavilación sobre el destino y proceder de la berenjena, me dirigí a la cocina y cuál fue mi estupefacción cuando hallé ante mí, ocupando todo el reducido espacio destinado a los menesteres culinarios, un tiovivo girando rápidamente, iluminado por todo lo alto y transportando en frenéticas rotaciones a mi abuelo vestido con un frac rosa, tulipán negro en una mano y un ejemplar de Mortadelo y Filemón en la otra; rotaba mi abuelo preso del frenesí saludándome efusivamente, invitándome de viva voz a subir a la desbocada atracción; sudor frío, escalofríos, mi mente no asimila. José, mi jovial abuelo, nada más pronunciar mi nombre diez veces del revés empieza a vomitar sin perder la compostura ni ambos objetos de sus manos a la vez que perdura en su entrañable sonrisa; parece extasiado, embriagado diría incluso. De repente, del falso techo de yeso surge una brecha partiendo la cocina en dos y desde una radiante luz rojo pastel bajan tres boinas verdes perfectamente equipados con cuerdas; arriesgando sus vidas rescatan a mi abuelo con admirable profesionalidad haciendo gala de un cálculo operativo envidiable que permite a los competentes militares evitar las embestidas del tiovivo; en un segundo lo rescatan del micky mouse para irse con el octogenario difunto por dónde habían llegado.

Muchas emociones en poco rato; abro la nevera, necesito un vaso de leche fría. La cocina intacta. El techo intacto. Los vecinos no se quejan. Qué extraño todo…

Llevado por el instinto decido llamar a mi mejor amigo para contárselo y de paso cerciorarme de que aún pertenezco a la dimensión real. Descuelgo el aparato y nada más apoyarlo en la oreja noto que éste se deshace cual mantequilla, lo aparto rápidamente; un líquido viscoso corre cartílago abajo, el aparato se pega a mis manos y con violentos ademanes consigo despegarme de él; el hilo telefónico se ha transformado en chicle; desde un punto impreciso de la habitación suena “Aires de Fiesta” de Karina…oh madre mía…no doy crédito…más que miedo siento pasmo, igual que si me encontrara en una atracción, pero a diferencia de haber acudido previo pago a disfrutar de la atracción por propia voluntad (que el conciente se encarga de recordarte que se trata de un mero y fiable juego recreativo), esta vez siento que los sucesos, las percepciones, lo que palpo, escapa a mi razón empírica, y, lo que es más grave e increíble, es que esta sucesión de imágenes, de acciones, es incontrolable, arbitraria, no se corresponde con moldes preconcebidos, en mayor o menor medida lógicos, que se supone pertenecen a la realidad circundante y aprendida.

No sé si me explico…

El chicle telefónico se ha enredado en las chanclas; tropiezo; caigo al suelo; la mítica canción injustamente olvidada se encadena en fundido con un adagio andante de Albinoni; a la vez, como ha sucedido con mi apreciado teléfono de baquelita (tan costoso de encontrar en las tiendas de segunda mano…) la pintura de la habitación se derrite y empieza una coreografía de ladrillos en movimiento al son de los violines del precioso adagio; los andantes ladrillos sobresalen de la pared demostrando en su movimiento una inorgánica intención por salirse de la lisa y vertical pared; bailan; unos salen, otros se adentran aún más en la deconstruida pared, todos sincopados con la música…de los cajones de la mesita del teléfono aparecen unos langostinos que hábilmente se encaraman con gracia y escalan la pared para copular en una bucólica danza con los ladrillos; en estas vuelve a aparecer mi abuelo que haciendo eses y sin abandonar la senil sonrisa me muestra una botella de sidra, “…va por ti…” me dice, brinda al aire, vacía su contenido y se va tan pancho…siento un escalofrío, la piel de mis brazos se ha tornado naranja, puedo comprobar por el espejo (Ifea también) que el cabello se me ha erizado y los langostinos más atrevidos saltan hacia mi pelo…lo sé…por ahora esta narración os parecerá inverosímil…puedo juraros que no consumo sustancias psicotrópicas, ni sufro una depresión que me lance a los abismos de la invención como proyección alteradora de una realidad mísera y frustrante de la que pretenda huir…hace poco hice vacaciones, tengo una vida agradable, un trabajo que me gusta, gozo de relaciones sexuales compartidas una vez, mínimo, por semana…no encuentro más justificación ni explicación auto-diagnóstica a estos hechos insólitos…por supuesto nadie, nadie, sabe nada de esto, a partir de ahora sólo vosotros, anónimos lectores.. no los contaré a ningún médico, ni loco…ni a ningún amigo pues no deseo hallar en sus miradas, en su comportamiento, un viraje hacia la duda en su amistad y valoración hacia mi persona.

En eso quedó todo esa memorable tarde pero como he escrito al principio, estas singulares alucinaciones, potentes en su proyección y contenidos, vienen dándose a diario desde hace medio año; no se circunscriben tan sólo al ámbito doméstico. He aprendido a convivir con ellas; he aceptado su intromisiva naturaleza en mi cotidianeidad. No alteran el rumbo de mi vida personal; soy el único espectador y nadie más puede compartirlas, al menos que yo sepa. Empiezo a sospechar de que a más personas les sucede lo mismo; como dicen, la procesión va por dentro, así que nunca se sabe, no seré el único, o sí…me da igual; vivo tranquilo, ello no ha alterado mi normal y normativo proceder hacia los demás, en las diversas situaciones anodinas de la vida. Cada uno con su locura; soy consciente de que aquellos que por distintos motivos, que no entraré a discernir ni juzgar pues no soy quién, sucumben a las alucinaciones mal presente viven y mal futuro esperan ante la incomprensión de la sociedad y la automática medicalización a la que se ven sometidos como idóneo “tratamiento” a su pretendida “locura”.

Harina de otro costal, al menos para mí.

Trabajo en una oficina de recursos humanos en una multinacional dedicada al transporte marítimo. Dos tardes a la semana voy al gimnasio, quedo con mis amigos de toda la vida a menudo, soy socio del Club Ajedrecista Macrobiótico, me gusta el senderismo, el cine de calidad, soy adicto al chocolate negro y llamo a un programa de radio nocturno en el que el oyente participa solventando problemas matemáticos.

Os enumeraré una parte de lo que mis ojos perciben en cualquier momento, en cualquier lugar; por ejemplo, en mi trabajo.

Una fotocopia con la cara de Mao Tse-Tung que sale de la máquina cuando lo que había fotocopiado era una factura; un croissant gigante puro en mano aposentado en la taza del WC contándome sus miserias; entra la secretaria del jefe y encima de cada hombro trae consigo sendas banderas de suecia con luces de neón intermitentes bordeando las telas; autocares empujados por veteranos del Vietnam; palomas vestidas con albornoces; bolígrafos que debaten entre sí sobre la moral aristotélica.

Absurdo. Lo sé.

Asumiendo el hecho alucinatorio como ineludible opto por reprimir cualquier gesto y/o intención de verificar por mí mismo la realidad del objeto/ acción aparecido; dejarse llevar por el lógico impulso crea situaciones embarazosas y reacciones reprobantes entre las personas. Me explico: embarazoso malentendido cuando conversando con mi jefe, un hombre entrado en años de amargo talante y negro humor, trato de sacarle de encima de su cogotera un macaco entretenido en la búsqueda de parásitos capilares; el hombre interpretó tal ademán, desde su realidad, como un comportamiento inexplicable en aquel joven prometedor al que a partir de ese día iba a mirar con ojos prejuzgadores y dubitativos; no se puede pasar la mano por encima de la cabeza del jefe como si nada, más en plena conversación sobre una futurible reducción de plantilla.

Panaderas que en vez de meter en la bolsa la barra de cuarto educadamente pedida depositan un saltamontes azul del tamaño de un gato dentro de la bolsa no reciclable; policías nacionales que al responder a mi duda sobre el lugar correcto al que dirigirme para renovar mi documento de identificación nacional contestan tarareando un vals y haciendo la conga varios de ellos con sus armas reglamentarias entre dientes; dinosaurios peludos convertidos en mecánicos que fuman compulsivamente y que de todas maneras pretenden cobrarme más de la cuenta; medusas flotando en el vagón del metro… esta es la única visión repetida invariablemente; cada vez que viajo en el ferroviario servicio ahí están mis preciadas medusas; con el tiempo ya me reconocen y denotando afecto en su comportamiento nada más “verme” entrar se acercan y frotan sus frágiles tentaculillos contra mi ropa; flotan armoniosamente entre los pasajeros, pululan cuales mariposas coloristas de risueño vuelo; en cuanto se abren las puertas del vagón algunas salen y ¡plop! se desintegran nada más cruzar el umbral, un espectáculo diario que ameniza el sopor matutino, dinamiza la vuelta a casa y poetiza la vivencia sórdida en la gran ciudad…es mi alucinación preferida, de hecho tengo preparado en el mp5 un disco de Pink Floyd para la ocasión.

Hace una semana aproximadamente, mientras realizaba el acto sexual con una compañera del trabajo (relación de larga duración, en el tiempo y en el momento, llevada en cómplice clandestinidad ante los compañeros), en mi cama Ifea modelo Köitonstrom, dos boas contrictor emergían de debajo la cama, se entremezclaban con nuestros sudorosos cuerpos y mientras Alicia cabalgaba mi miembro, una boa rodeaba lentamente su tórax y lamía sus pechos con la bífida lengua; la otra se arrullaba en mis convulsa piernas; ciertamente el desliz de sendos cuerpos cilíndricos provistos de esas pieles tan suaves, escamadas en terciopelo, entrelazándose con nuestros humanos cuerpos, confería un plus impagable de táctil placer multiplicado al acto copulador; porque en algunas de las visiones no tan sólo percibo la imagen, también todo lo que veo posee un tacto tangible a mis sensores, unos olores captables por mi pituitaria, unos sonidos decodificados por mi cerebro; sí, ahí estábamos cuatro cuerpos retozando, tres sintiendo de más, dos gimiendo, uno supremo receptor.

Visiones, apariciones que complementan mi vida; algunas poco agradables e inoportunas, como el día en que asistiendo a la boda de un primo del pueblo presenciaba como desde detrás del sacerdote, surgiendo desde el típico retablo dorado, aparecía el mismo Belcebú maracas en mano tarareando un bolero conocido (cuyo título omitiré para no suscitar polémicas relaciones esoterico-paranoicas ni asociaciones malévolas de ideas entre los lectores) y mientras señalaba de manera burlesca a los novios soltaba unas sonoras carcajadas tan estridentes que tuve que taparme los oídos y viendo esto mi tía abuela Mauricia, Biblia en mano sentada a mi lado, se pasó la mujer toda la cena preguntándome con maternal insistencia si ya comía bien que me veía delgado últimamente.

Estimados confidentes de estas realidades paralelas e intrapersonales, no alargaré este relato con más enumeraciones de visiones imposibles por no frivolizar sobre el tema ni acabar resultando pesado y repetitivo; tan sólo compartir con vosotros esta experiencia. Si bien no malvivo con esta doble realidad sensitiva impuesta, cierto es que el esfuerzo por canalizar hacia la normalidad y sostenibilidad emocional estos hechos inauditos con los que me veo obligado a convivir supone un cansancio. También, en algunos momentos caigo en el desasosiego al no poder, por propia e inmutable decisión, explicar a mis allegados y amistades tales hechos; un peaje a abonar para mantener sólidos los cimientos de la cordura.

Sigo adelante, cautivado unas veces por las maravillas audiovisuales que se me ofrecen, desviando la mirada otras ante horrendos cuadros de mal gusto; sigo adelante y salgo de mi alucinatorio armario exponiendo este testimonio, aunque como viene sucediendo desde hace unos días las letras del teclado no paren de cambiarse de lugar procediendo en un engorroso juego que pone a prueba mi paciencia y escribir este relato me esté costando grosso esfuerzo, mas no claudico aunque temo que el hecho alucinatorio esté tomando una nueva significancia y parece ser que exista cierta intencionalidad e interacción en el mismo según el momento personal o la acción que me encuentre realizando.

“no dudéis jamás de lo que ven vuestros ojos, porque si lo ven es que existe”



Agradeceros vuestra lectura y empatía.
Saludos expansivos

jueves, 13 de agosto de 2009

LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA (TÍPICO RELATO)

Me llamo John, pero en mi país de origen prefieren llamarme Juan desde el día en que un señor vestido para la ocasión, copón en mano, vertió cierta cantidad de agua residual en mi cogotera acunándome tan bíblico nombre para el resto de mis días.

Puedo comer, tengo techo y pago mis impuestos, siempre que puedo, gracias a un trabajo en el que acabé por unos motivos que no viene a cuento narrar y del que he hecho un modo de vida a pesar de ser la causa de tres divorcios, tres pensiones y un alcoholismo crónico disimulado con dignidad de cara al vecindario; o eso creo.

Sí, soy como imagináis…un tipo rudo, algo hastiado de la vida, barba de cuatro noches y dos grandes bolsas lilas bajo unos ojos melancólicos como el jazz que ahora mismo suena en mi grisáceo despacho destartalado vagamente iluminado por una anodina lámpara barata, a mi izquierda una botella medio vacía (no medio llena…) de Rack Paniels, a mi derecha un papagayo azul disecado, restos de kleenex petrificados debajo de la silla y un ventilador oxidado en huelga perpetua colgado del techo del que pende una cuerda siempre socorrida llegado un mal momento…visto pantalón bombacho, camisa de rayas old fashion, tirantes monocolor y un sombrero estilo gángster colgado ahora en un perchero marrón ébano cortesía de la última mujer que compartió el asiento de atrás de mi Cadillac en una noche más de efímero amor carnal en lo alto de una colina con vistas a una gran ciudad cuadriculada iluminada de neones pastel, metáfora visual de esta vida cuadrada sin sentido, una rata apestosa acaba de pasar por encima de mis zapatos de piel pero me da igual porque estoy medio ebrio y por una vez que me decido a escribir, a sacar la mierda que acumulo dentro, no lo voy a interrumpir por culpa de un nimio mamífero roedor compañero de habitación al fin y al cabo…agh…ahora acabo de escupir hacia más a la derecha en mi escupidera de mármol negro obsequio de un diplomático ruso al que salvé el culo tras ser acusado de prevaricación y tráfico de influencias en la costa sur donde sus amiguitos en los ayuntamientos, rellenos de botox hasta las nalgas y de dudable moral, especulan y montan orgías amenizadas por famosos cantantes pop que cobran lo que un fontanero en un mes de trabajo…es un esputo verde síntoma evidente de la corrosión alveolar producto del vicio empaquetado con el que me auto-destruyo compulsivamente porque esta vida es como un pastel de cartón, parece bonito y apetecible pero cuando le hincas el diente te das cuenta de que no te vas a comer nada…agh…. dice mi psicóloga (que ya ha probado el asiento de atrás) que debo expresar mi resentimiento vital, que me refugio en el trabajo y en ambientes sórdidos proyectando en este comportamiento noctámbulo una introspección originada en la infancia a causa de un trauma enquistado en el pozo oscuro de las emociones, por culpa de unos padres periféricos y ausentes que se mataron a trabajar para tirar adelante un humilde hogar de inmigrados del campo y que no entendían de pedagogías correctas o sostenibles…fumo tabaco negro compulsivamente y en realidad soy un corderito con piel de lobo, sí, exactamente como lo habíais imaginado, como en las películas donde actores de buena facha hacen el papelón, pero esos tipos posan y se van, dicen cuatro frases y vuelven a ser ellos mismos, yo en cambio, soy lo que escribo, un detective, un aventurero decodificador de enigmas, mercenario de la investigación al mejor postor, me pagan y callo o hablo según el grosor del fajo de billetes con el que compran mi ética; antes trabajaba en la policía, pero sí, lo habéis adivinado, me echaron por nervioso, métodos demasiado ortodoxos y tendencias autolíticas decía el informe burócrata de asuntos internos; lo sé, disparar a un gato no es la mejor manera de hacerlo bajar de un árbol, a veces no controlo mis impulsos (¿será el trauma infantil, coqueta psicóloga?), soy un tipo de acción, me va la marcha y me salto la ley si ésta encubre al ladrón, si ésta justifica lo injustificable…no quiero medallas, sólo otro trago de mi antídoto a la vida…y pensaréis que soy un fantasma si os describo cómo planté cara a una cuadrilla de hooligans británicos drogados hasta las cejas que quemaban contenedores y cantaban canciones de la tuna bastándome tan sólo de mi pragnum 9 cms traída de la última guerra en la que trabajé, porque sí, os habéis anticipado, después de que me echaran del cuerpo policial me alisté en una empresa de seguridad privada especializada en complementación logística y apoyo en combate de tropas occidentales en naciones orientales, el trabajo sucio, vamos; era por dinero, no creo en patrias gobernadas por acomodados fumadores de puros y organizadores de orgías pop, creo en el dinero y en obtener una retirada generosa en alguna isla del caribe donde beberme cuatro batidos con ron cada mañana, ir a pescar por la tarde y piropear a las nativas. Un jubilado con estilo. A mí, esta ciudad de muertos vivientes no me entierra, estas calles son el puticlub del que hay que pagarse el rescate para ser libres, sí…soy un idealista, y esa es mi norma de vida…como el jazz que suena, sí Charlie…tú sí que la soplabas bien no como esos mafiosos que vienen aquí a ofrecerme protección, panda de ignorantes.

Cuando voy pedo la música penetra por mis oídos como una cascada de tonos multicolor, floto, nado, buceo entre notas policromadas, esencias que me llevan a otros mundos, aterciopeladas caricias de saxofón, acometidas percutivas, voces sensuales como los jadeos de las afortunadas invitadas a mi asiento de atrás…

Era una tarde gris de un noviembre al uso, llovía, no mucho, lo justo para sacar del cajón mi querida botella de whisky aranés; tres sonoros golpes en la puerta; era James (Jaime) el Tiragujas, no me preguntéis porqué le pusieron ese apodo; el chaval venía nervioso, le temblaban las manos y sudaba a mares.

-John, me envía Lucas Lucano para decirte que si en 24 horas no abandonas la ciudad ya puedes buscar un buen escondite, que te pillará y acabarás flotando como una rata en el puerto…

-Vaya con el mafioso este, así que ahora quiere deshacerse de mí el muy canalla…sabía yo que hacer tratos con estos carbonaras no era buena tinta para escribir…

-¿tinta para escribir John?

-déjalo James, no tienes la culpa de no haber tenido acceso a la escuela secundaria y malversar tu post-adolescencia esnifando sustancias prohibidas con los consiguientes daños colaterales que ello ha causado en tu desarrollo cognitivo…quiero decir que esta gentuza nunca son de fiar, ya lo ves chico el palo que gastan…ahora mismo vas a Lucas Lucano y le dices de mi parte que no me da ningún miedo, que me paso sus amenazas por el escroto, que se persone aquí como un caballero para resolver este malentendido…

Nada más salir James del despacho una potente luz verde proyectada desde el cielo lo cegó todo, como un tupido manto luminoso que nada bueno presagiaba…¿qué era eso?, ¿de dónde mandangos procedía?...creo que ya tenía el caso de mi vida, a ese espagueti reconvertido en chulo de playa ya le podían dar betún…vale, me lo estoy inventando todo…James salió del despacho y me quedé dormido al momento, malditos ansiolíticos.

Me despertó el teléfono, regalo de otro diplomático lamesillas salvado de la hoguera por un servidor; era Tiffany, ¡oh! mi dulce muchachita, mi colibrí de ébano, mi linfocito… Tiffany, la única mujer por la que siento remordimientos cuando son otros labios los que saboreo, por la que el mundo tiene sentido cuando al despertar en una cama de la que no recuerdo la propietaria siento que debería ser ella la que ahí yaciera con un pecho al aire y carmín en la almohada; mi bombón tropical… siento que debería ser ella la que compartiera el zumo de vitaminas anti-resaca, la ducha caliente, el paseo por la playa, las tardes en la bolera,…sí… Tiffany es lo más parecido a un amor imposible.

Hija de un acaudalado constructor y de una cantante de ópera cocainómana, ambos originarios de Samoa Central, nuestra relación no consumada se remonta a los años en los que yo trabajaba para su respetable padre, al que servidor, el mejor repartidor de ladrillos del distrito norte, no caía nada en gracia pues veía en mí un mal pretendiente para su sobreprotegida hija mayor, un paria bien aplicado en el trabajo pero mal encaminado en modales; claro, para una mente burguesa y conservadora es un agravio desposar a cualquiera de sus descendientes, encima la heredera primogénita, con un subproducto de las clases bajas, hijo de la calle. Pero nuestro amor, a todas un Romeo y Julieta en toda regla, un west side story, siempre ha sobrevivido a las injusticias impuestas por la impuesta coyuntura socio-cultural; Tiffany, con apenas veinte años fue entregada en matrimonio a un pijo arrogante de apellido rimbombante que la encerró en una jaula dorada con forma de casa con piscina y servicio, le hacía el amor (si lo había) por cumplimiento y relegaba a una vida social aburrida y tediosa basada en tardes de té y dominó en el club social, fines de semana solitarios por negocios del marido y que para cerciorar con saña el contrato matrimonial dejó preñada en dos ocasiones, fallidos intentos pues el poder de la mente es poderoso y Tiffany, mi lindo clavel dorado, no daría descendencia al engominado picapleitos de nombre pasteloso.

Sí, es por ella que ahora brindo mi copa bajo esta luz mortecina de papel maché, lámpara Ifea modelo Färmstrong; es por ella que mi corazón da brincos cuando al descolgar el teléfono oigo su voz dulce, su susurro melancólico pronunciando mi nombre con el más sensual de los interrogantes…

-Juan…¿cómo va todo?

…bien, muy bien cariño…para ti siempre estará todo bien aunque me pierda por los callejones oscuros de la vida; te amo desde el primer día en que te ví, ladrillo en mano; llevabas ese vestido de verano estampado en flores; nos fuimos conociendo, primero poco a poco, tímidos los dos, después compartiendo los ratos posibles a escondidas de la vigilancia paterna; tratando que nadie se percatara algunas tardes nos íbamos a las afueras y pasábamos el rato charlando, riendo, jugando, despertando nuestra fresca juventud y nuestros rutilantes corazones; eres tú la única mujer por la que lo dejaría todo, y sé, lo sabemos, sabemos que el otro lo sabe, que lo dejaríamos todo y nos fugaríamos al lugar más recóndito para disfrutar de nuestro amor…pero hay algo, los senderos inescrutables de nuestras vidas, las circunstancias , que nos lo impide; tú dejaste a ese capullo desflorido y el mismo día que lo humillabas, como se lo tenía merecido, te subiste al coche y poseída por un ansia de libertad demasiado tiempo acumulada, desapareciste; deambulaste sin rumbo meses, escapando al galope como un caballo desbocado; de ciudad en ciudad te perdiste en las catacumbas de la civilización, anduviste los lugares más prohibidos, hiciste tu propia bajada a los infiernos con la que exorcizar tantos años de sutil pero eficiente represión patriarcal, ahogaste el anhelo de la niña que quería ser mujer en nieblas confusas y despertaste mujer entera, dueña de sus riendas, jinete solitario… y yo sin saber de tí temiendo que quizás no volvería a verte, lo dejé todo, fui en tu búsqueda y ahora ya saben los lectores cómo empecé en el oficio, siguiendo tu rastro de antro en antro, de fumadero en vertedero, preguntando, fingiendo ser el más rudo de los proxenetas, el tratante de mujeres con falso acento extranjero interesado en la más codiciada de las musas del placer de pago. Recorrí tugurios, pagué las copas a unas cuantas alimañas dignas del peor basurero, cambié de matrícula varias veces, incluso utilicé pelucas, todo ello para finalmente irrumpir con una recortada en cada mano en esa habitación lúgubre en la que un viejo con el miembro fláccido quería que le recitaras a Homero vestida de torero mientras un periquito teñido de rosa y atado a una mesa silbaba el himno de su equipo preferido de fútbol porque era lo único que se la ponía dura; con lo puesto salimos esquivando las balas de esa panda de matones de gimnasio que habiéndote engañado y retenido bajo amenazas se llevaban la mitad de tus ganancias; arrancamos el Cadillac (recién comprado entonces) que como había visto en las películas siempre hay que dejar aparcado delante del lugar del que habrá que salir con prisas, llave en el contacto claro; sin levantar el acelerador cruzamos el país hasta llegar a nuestra querida ciudad, directos al piso que te había comprado con los ahorros de miles y miles de ladrillos repartidos, situado en el paseo marítimo, primera línea de mar, como tú siempre habías soñado, mi bello rocío del alba…

-tengo que decirte algo juan…
-llámame john…
-vale John…no puede ser por teléfono…me paso por tu despacho en una hora…
Rápidamente fui al lavabo a provocarme el vómito; en una hora Tiffany llamaría a la puerta (sí, lo habéis adivinado, la parte superior de la puerta es un vidrio translúcido con una inscripción en la que se lee: “John Garcia, Detective Privado”, algún gracioso había escrito con rotulador permanente justo debajo: Detective Mamado…jajaja…me parto, como su hueso encefálico el día que lo pille…) y el amor no consumado de mi vida no podía encontrarme espatarrado en la silla babeando de lado a causa de los tres somníferos que me había tomado tres parágrafos arriba.

La melancolía me consume rápido, como un leño seco; soy consciente de estar rozando la obsesión; con lo que cuesta una caja de coñacs podría comprarme un kit entero de pinturas, caballete y pinceles y pasarme las mañanas de resaca plasmando en arte las inquietudes que acechan a este corazón atenazado. Pero no lo hago. Cuando llevas mucho tiempo navegando en los mares etílicos pierdes de vista la costa, los horizontes son iguales mires hacia donde mires y lo único que mueve el barco son los vapores del etanol corriendo por tus venas, inflándolas cual velas curtidas en mil tormentas; soy marinero de alta mar, macerado pirata oceánico sin rumbo entre olas burbujeantes, prisionero de caprichosas sirenas que con sus cantos me engañan no llevándome a ningún puerto…me siento poeta mecido por las olas, funambulista en la cresta que rompe y vuelve a erguirse tenaz tras sortear otro naufragio…pasan las horas, vasos vacíos a mi alrededor, un coleóptero preocupado por encontrar restos nutritivos entre mis archivos parece saludarme con sus graciosas antenas…sí…el coleóptero lo ve todo, percibe cada uno de los estímulos, no se le escapa ni una a este ser vivo… eso es lo que es, un ser vivo y nada más, no como muchos de nosotros que somos seres medio vivos, de tanto razonar medio perecemos arrastrándonos por el limbo de la inopia existencial…yo también tengo antenas pero me cuesta trabajo mantenerlas activadas… joder qué pedo llevo, mi cuello dirige arbitrariamente la cabeza que a duras penas sostiene hacia puntos inconcretos de este habitáculo, y, en una reacción en cadena previamente ensayada seguro, los ojos inevitablemente son dirigidos como resultado de este extraño e involuntario proceso mecánico hacia puntos de difícil enfoque visual…pican a la puerta…paso…no me da la gana que me agüen la fiesta…fiesta de los sentidos…marineroo….olassssss….burbujas… cucarachas fisgonas…bueno, no insisten…será algún cliente que previo pago adelantado pretende que le consiga evidencias irrefutables de que su hijo fuma porros o que su socio efectivamente se las ha pirado a alguna isla de bello topónimo con el maletín rebosante de dinero negro…pues te jodes, así son los negocios…

…no sé cuánto rato habrá pasado…mucho, poco, algo, nada,… estoy sin tabaco así que bajo al colmado que llevan unos suecos muy majos a por provisiones; cuando me dispongo a salir veo que alguien ha depositado una nota por debajo de la puerta…

“Juan, unos alienígenas han invadido la tierra, llámame en cuanto puedas.
Tiffany.”

Vale, me lo he inventado; cuando me disponía a salir, había la siguiente nota:

“Juan, he venido, he picado a la puerta, te he llamado; sé que estás ahí, oía tus resoplidos…. Llámame en cuanto puedas.
Tiffany”

Vaya, qué desastre…

Lo primero que pienso es en masturbarme pero decido no hacerlo pues con ello mancillaría a través de una ineludible asociación de hechos-ideas-coyuntura temporal mis sentimientos hacia Tiffany; concluyo que es un mero impulso sexual proveniente de mi ansiedad, antojos del biorritmo, yo qué sé…aplazado el momento onanista, cuando por fin salgo de mi habitáculo me encuentro al otro lado del pasillo al mismo Lucas Lucano; no salgo de mi asombro, el mafioso habiéndolo percibido se dirige hacia mí con una medio sonrisa de soplamierdas total y con paso John Wayne cutreras me invita a entrar a mi despacho a lo que le respondo que soy yo quien le invita a pasar, que arreglaremos cualquier malentendido con unos tragos de Snifford…

-te tengo aprecio John, lo sabes; confío en ti, John, lo sabes…¿no?
-¿qué quieres Lucas?
-olvida lo anterior, lo que te he dicho a través del Tiragujas…
-¿…?
-tengo una propuesta, te va a interesar…mira, esto queda entre tú y yo, nadie más lo sabe; es digamos… un negocio redondo, totalmente novedoso…
-cuánto misterio; me estás intrigando…a ver, ¿dónde está la trampa Lucas?
-no, no…no hay trampa ni gato encerado..
-encerrado Lucas, encerrado…
-mira, la situación ha cambiado, la situación mundial, internacional, la de todo el planeta John, sí…para siempre…
-no sabía que ahora te metes la mierda que vendes Lucas…
-jajaja…el sano de John…mira, seré claro y conciso. Supongo que estarás al corriente de lo que viene sucediendo desde hace unas 24 horas en todo el planeta,
-a ver, infórmame…
-¿no te has enterado? ¡Nos han invadido John!, sí, los bichos verdes con antenas jajaja…has estado navegando ¿eh?, marinero borrachín…no te has enterado de una mierda…ovnis, alienígenas…todo se paró, luz verde, naves en cada ciudad, gobierno k.o, militares k.o, todo paralizado, ahora gobiernan seres venidos de otra galaxia…mira es muy fácil: nuestros nuevos dueños han venido a por una cosa: mano de obra, y nosotros tenemos que conseguírsela; negocio redondo. Nos perdonan la vida a cambio de llevarles carne humana, ¿qué te parece?
-ya…
-mira fuera de la ventana John, mira y verás lo que te estoy contando.

Era cierto; no sin esfuerzo desbloquee las persianas oxidadas, primero miré hacia arriba y vi el cielo que no era azul, había mutado a verde, un verde pastel; luego miré hacia la calle y efectivamente en medio de la plaza en vez de los habituales personajes, jubilados alimentadores de palomas de día y seres de polémica reputación de noche, ahora se hallaban distribuidos en grupos de dos y separados entre sí por una hilera de personas una especie de vehículos elevados a un metro del suelo de cuyos techos a través de una ranura emergía una horrible criatura semejante a una lombriz provista de armadura, de unos 3 metros de altura, parecía la encargada de distribuir a los enfilados humanos hacia uno u otro vehículo. Me quedé petrificado, el pedo se me pasó al instante. Cada lombriz haciéndose valer de un palo con soga retráctil separaba según género, edad y altura a la persona que coincidía con su criterio y con un rápido ademán la introducía dentro del vehículo… ¡qué fuerte!...las personas enfiladas no emitían ninguna queja, no ofrecían ningún tipo de resistencia, estaban como hipnotizadas, cabizbajas, sumisas, cual borreguitos hacia el matadero; una imagen dantesca digna de cualquier film ambientado en la Alemania nazi.

-¿dónde hay que firmar?- le dije con cara de pasmo a mi nuevo socio.

Lo siento esto no va a ser la típica historia en la que a partir de ahora la prioridad del protagonista masculino pasa a ser el rescate de su amor esquivando las más inverosímiles adversidades, recuperando a su media naranja imposible de entre el caos apocalíptico, matando alienígenas en plan machote para acabar con un plano secuencia con beso de tornillo en primer plano y la Tierra arrasada de fondo. No, el relato continúa con que acepté la propuesta de Lucas Lucano, visité la nave nodriza de nuestros nuevos aliados sapoformes y les juré obediencia y fidelidad a cambio de librarme en cuerpo y mente de trabajos forzosos en el planeta Uashipeich para el resto de mi vida a 200.000 años luz, donde las temperaturas nocturnas alcanzan los -180ºC, de día hace un calor asfixiante bajo una atmósfera marrón-glacé casi irrespirable, aunque lo bonito son los cuatro satélites que orbitan uno tras otro y confieren al paisaje cierta lisergia propia de un videclip de Pink Floyd en su primera época.

Tras unos meses en cumplimiento del deber en la Tierra como suministrador de mano de obra, conseguí mi licencia para poder establecerme en Uashipeich como un ciudadano terrícola más, emigrante asentado de pleno derecho; he de decir a favor de nuestros huéspedes que siempre he sido muy bien tratado sin percibir por parte de los nativos comportamientos racistas ni comentarios despectivos hacia mi origen, credo o aspecto físico. Mi integración en la sociedad klungui (nombre con el que se autodenominan los habitantes originales del mentado planeta) es casi total; gracias a los beneficios que me reporta mi puesto en la oficina central de la compañía de suministros humanos (C.S.H) como supervisor máximo, he tenido acceso a estudios becados en la universidad central planetaria (U.C.P) pudiéndo cursar la carrera de Misterios del Universo en la que aprendo muchas de las claves a las que antaño, en mi vida terráquea, me hubiera sido imposible acceder debido al sometimiento cultural, religioso y social en el que vivíamos. Por poner un ejemplo, comentaros unos hechos que de haberse conocido en su momento hubieran supuesto la desintegración, el derrumbe de los pilares sobre los que se sostenían nuestras creencias, historia y mitos. ¿sabíais que el pueblo klungui anteriormente a la citada invasión ya había realizado incursiones en la Tierra?, sin ir más lejos, bueno un poco sí, el hombre al que los humanos denominábamos Jesucristo no era otro que un enviado klungui que tenía como misión sondear el terreno y enviar informes detallados sobre características tipográficas, flora, fauna y todo tipo de información sobre el planeta; de hecho la palabra Jesucristo viene del klungui Je-Shu-Jrist que significa en dialecto norteño “al ataque”, e INRI significa “volveremos”; no puedo más que sonreír al recordar libros y películas como “El Código da Vinci”, o los discursos del Papa, o las tertulias en programas rediofónicos de misterio, o las webs esotéricas, o las películas de hollywood,…

En fin, espero que hayáis disfrutado con este relato.

Ahora soy una persona sana, no bebo, no fumo, como fotu (una especie de cuajada vegetal un poco sosa pero muy nutritiva) y sonrío feliz a la vida por las oportunidades que ésta nos brinda, sonrío al destino porque nunca uno sabe hacía dónde se dirige su humilde camino y personalmente me siento afortunado; sonrío al amor que me ha dado dos transklunguis preciosos, han salido clavados a los abuelos oye.

Y en los momentos tristes recordad que hay un futuro mejor quién sabe dónde en algún lugar del universo.

¡Saludos!,

como dicen por aquí: vutrwhe n gtrwhmn gpuhtewnc

HECHOS INSÓLITOS Nº3

(extraído del diario gratuito “¿Y Qué?”)

“Avistada manada de ejecutivos en el valle del Ter”

Dos jubilados noruegos acampados en los altos prados de este precioso valle de origen glaciar, sito en los confines norestes de la península ibérica, tuvieron contacto con una manada de “executis agressis treparis”, mamífero antaño conocido por los lugareños como “corbater”.

El corbater se creía extinguido desde principios del siglo XX.

Los espontáneos campistas nórdicos, una vez plantada la tienda, se disponían a leer el diario (ella) y a continuar el curso de bosnio en cuatro semanas (él), tras lo cual accederían a hacer el amor con respeto y sin estridencias, cuando avistaron en lo alto de una loma, silueta recortada a contraluz, un ejemplar de macho alfa traje plateado de la presunta especie extinta. Los octogenarios jubilados escandinavos haciendo gala del consabido talante hiper-bóreo reaccionaron con serenidad y sin aspavientos, al contrario de lo que el repetido visionado de películas estadounidenses de presupuesto barato y nula trascendencia artística han inculcado en la población, no dejándose llevar por el humano pánico ni demás comportamientos histriónicos instalados en el subconsciente colectivo gracias a los reseñados films de entretenimiento.

La anciana lectora de diarios, imbuida de emoción ante la bucólica estampa, captó en una magnífica instantánea la súbita aparición y agradece a los reportajes de Mátinal Geografic, visionados a diario durante el desayuno, la inspiración. Su marido, el raudo aprendiz de idiomas balcánicos tras un traumático viaje por esas tierras a principios de los 90, haciendo gala de su instinto masculino de depredación, hallábase preparado para repeler una potencial agresión animal kalashnikov en mano, pero también imbuido de la emoción al desayunar junto a su esposa cada mañana desde que se jubilara, compartió desde la expectante calma tal inédito encuentro, pudiendo marcar sin temblores con su mano libre no armada el número 000, línea telefónica de emergencia para avistamientos con posible final violento de especies reaparecidas.

Los turistas han sido debidamente sancionados por acampar en zona protegida y tenencia ilícita de armas.

El ejemplar macho alfa traje plateado desde lo alto de la loma fue acercándose cauteloso y, recortadas también sus siluetas a contraluz, aparecían detrás suyo, con mayor cautela, una manada de entre 20 y 30 ejecutivos entre los cuales (siempre según el testimonio de los noruegos) había ejemplares hembra, cachorros y avanzada edad. Pasados unos minutos de tensión inter-especial, la manada rodeaba a la atónita pareja y engullía con silvestre voracidad el contenido de los tuppers, ensaladillas rusas y demás manjares estivales preparados con amor por la pareja.

Dos expertos naturalistas, subcontratados precariamente por una empresa subcontrata de un holding externalizado desde el Ministerio del Misterio, tras recibir el aviso vía telefax (sí…telefax) acudieron al lugar para certificar la existencia de la manada de ejecutivos.

Los precarios naturalistas tras tomar las debidas precauciones (a saber: distancia prudencial, ropa de camuflaje y uso del lenguaje de gestos para sordos, idóneo para estos casos) y pasar con éxito dos controles policiales, tomaron contacto visual y procedieron a la confirmación, seguimiento ocular y recuento del grupo sin padecer ningún tipo de agresión ni intimidación, hecho que desvirtúa la negra leyenda que pesaba sobre estos animales sobre su extrema agresividad derivada del miedo a lo desconocido, comportamiento que los emparenta por la vía directa con el homo sapiens sapiens

Los observadores contaron 32 ejemplares vivos; los ejemplares vivos contaron 2 observadores.

Este diario, gratuito pero no menos ilustrado, una tarde de domingo en horas extras, contactó con el erudito naturópata experto en especies mitificadas el dr. Eduardo Funsé con el fin de obtener para nuestros lectores gratificados un comentario contrastado y de alto nivel sapiencial sobre el suceso. El dr. Funsé, opina que el “executus agressis treparis”, corbater, ha salido de su aislamiento empujado por el imparable cambio en su hábitat debido al aumento de las temperaturas y la consiguiente pérdida de pastos frescos y caza; por ello el corbater abandona las más altas cumbres para acercarse a cotas más bajas donde, como queda patente, el encuentro con el humano y afines es, será, habitual desde ahora.

Contamos por otro lado, como contrapunto desde un estrato socio-cultural más bajo, con el testimonio irreemplazable de Miquel Tortoll “Matavacas”, natural del valle del Ter, quien desde el otro lado del cable telefónico (es un decir) nos relataba emocionado, aunque el jefe de redacción sospecha que ebrio, las historias para dormir que su abuelo a la vera de un fuego le contaba sobre comunicaciones telepáticas con las fieras habitantes de las altas cumbres, aquellos animales guardianes de las esencias del cosmos, seres vivos conectados a los secretos de la naturaleza y a los que el humano en su estulticia corrupta no tiene acceso, le narraba al calor del fuego y un buen vino montañés cómo observaba las noches de luna llena a los corbater reunidos en círculo maletín en mano, sobresaltados tras aspirar unos polvos blancos y alzando sus pezuñas al cielo estrellado, bramiendo nostálgicos su antigua condición humana a la que el mito, uno de los muchos y más, sitúa milenios atrás cuando los dioses Moneí y Ófis (paganos los dos) castigaron a unos mercaderes silesios por su dañina avaricia sin fin que causaba el terror entre los indígenas, convirtiéndolos en bestias por los siglos de los siglos.
Gracias a los testimonios reportados por este diario gratuito, pero no menos sagaz, sabemos que el corbater fue aniquilado en su totalidad por los habitantes de estas valles preciosas escopeta en mano, debido al hartazgo de los mismos ante los repetidos saqueos de establos, masacres de huertas y algún que otro ataque directo a aldeanos inocentes. Este hecho, el exterminio, causó profunda disensión en la comarca, pues como recordaremos a los regalados lectores, estos valles forman parte y totalidad de una mancomunidad libertaria fundamentada en el absoluto respeto a la vida, la igualdad y fraternidad no vertical entre sus habitantes, en la que el dinero no existe; comarca exenta de las zarpas del estado, donde la gente autogestiona sus vidas, ama, juega, trabaja por y para todos; muere y vive, en definitiva, en libertad. Ello causó agrias disputas entre los reformistas del ideal y los ortodoxos del ideal, los primeros defensores de la aceptación de las contradicciones del ser humano dentro de un modelo libertario y por lo tanto su reajuste ante las circunstancias, o sea, aniquilar como solución; y los segundos partidarios de la no intervención dado que los humanos somos una manada más compartiendo espacio y territorio, o sea, defensa sí, matar no.

Profunda dicotomía.

El gobierno, esta vez y jura que no servirá de precedente (recogido en el boletón oficial del estar, B.O.E), actuará dentro del territorio libertario adoptando una de las dos medidas propuestas en clandestinas reuniones de despacho: acotado e inauguración de una reserva para los corbaters a cuya extensión no tendrán acceso los humanos o aniquilación de la especie, salvando a los ejemplares más fuertes y sanos los cuales serían donados a la ciencia para que los donados científicos hagan con ellos lo que les plazca que alguna conclusión sacarán, ¿no?

Como complemento, después de la toma de una u otra decisión, el gobierno unipartito organizará un referéndum a nivel nacional para conocer la opinión de la población censada y mantener en forma la salubridad democrática a veces puesta en entredicho.

La oposición, unipartita también, ha alzado el grito al techo ante tal desconcertante decisión.
El zoológico de Barcelona, esponsorizado por una conocida marca de helados exitosa entre la clase media, ha declarado que en caso de que el estamento supremo se decante por la segunda opción gustaría de acoger a un ejemplar traje plateado. La federación de parques recreativos de concentración animal, ha respondido a esta petición recordando al alcalde de la costera capital (administrador vitalicio del zoo) que todos los zoológicos quieren su ejemplar insigne en justa repartición como manda el manual de justa repartición inter-territorial. El alcalde no vitalicio de Barcelona les ha respondido, a través de un foro abierto en internet, que lo que pasa es que su zoo ya no es el mismo desde que falleció la otrora estrella-reclamo Topito de Nieve, el gorila alpino; que las visitas han caído muchos porcientos y es necesario disponer de una nueva mascota atractiva para todos los públicos, que con macacos compulsivo-onanistas no es suficiente y las asociaciones de madres y padres de catalunya (reCATo) lo presionan.

Fin de la notícia, hasta próximas nuevas. Les mantendremos informados.
Gracias por leernos, en serio, gracias.

RESPUESTA AL HECHO INSÓLITO Nº2

RESPUESTA DEL ALCALDE A LA CARTA DEL CIUDADANO ANTERIOR EN EL MISMO DIARIO LIBERAL E INDEPENDIENTE

Bienquerido Sr. Domingo Durán,

El equipo consistorial en coordinación con los cuerpos de seguridad pública municipales, colaboración canalizada a través de la regiduría para asuntos extraños y sanguinarios, ha resuelto en el último pleno habido a las afueras de esta hermosa ciudad, en un prado con bellos nogales y hierba traída de las mejores herbo-factorías, poner todos los medios y equipos disponibles para acabar de una vez por todas con estas misteriosas apariciones que tantas víctimas descabezadas están dejando a su paso, que en demasía sufrimiento e impotencia causan entre la ciudadanía, tan nuestra y querida, y proceder a la detención, juicio y condena (contemplamos la posibilidad de reinstaurar la pena capital por decapitación (de ahí lo de capital…) en todo el área municipal) de este repugnante criminal montado.

Puedo asegurarle que en el cumplimiento de mis obligaciones como supremo responsable y procurador de la seguridad del ciudadano y similares, servidor y el equipo consistorial a su servicio en toda su integridad, nos esforzamos al máximo para garantizar la erradicación de este tipo de acciones criminales, justificando de sobras, permítame recalcar, la confianza que usted y miles de conciudadanos depositan, consciente o inconscientemente, en el estamento municipal.

Le recuerdo el final exitoso, con detención y escarnio público, de Joan “el Robabrazos”, aunque a la oposición bipartita sionista no agradara tal acto recuperado de la mejor tradición romana de la cual, no lo neguemos, somos deudores in aeternum ; de ese modelo e inspiración para el orden democrático actual que usted y yo deseamos mantener limpio de tales execrables individuos perturbadores del mismo y gozamos como ejemplo de paz social, orden y ley.

El próximo año para la vigésimo-monónica conmemoración de los Juegos Ultra-Deportivos (JUD), el consistorio desde la regiduría de movilidad física y ocio espiritual ha recuperado las carreras de cuádrigas y las luchas de gladiadores (sin muerte ni mutilaciones para no ofender a determinados sectores sensibles de la sociedad).

El tal jinete sociópata tiene los días contados, se lo aseguro. Y tenga en cuenta, de paso sea dicho, la promoción en viviendas oficiales sobreprotegidas que ofrecemos esta temporada primavera-verano, ¡una ganga ya ve! ¿no le parece?.

Agradezco la oportunidad que brinda este diario a sus lectores de poder expresar libremente su opinión usando éstos mismos pseudónimos para que todo el peso de la ley no les caiga encima o rodarán sus cabezas jajaja…un poco de humor, ¿no?; es mi empeño ofrecer confianza, seguridad al ciudadano (repito, tan nuestro y tan querido, no lo olvide) pero también un poco de chispa; somos personas, disfrutamos de la vida, hacemos el amor, paseamos disfrutando de nuestras calles y gentes, pues qué pintoresca es esta real villa rebosante de historia por todos sus orificios, con sus oficios y artificios, no tantos sean los vicios ni los maleficios que estos conllevan, no sean tantos quienes se arrojan en brazos de la insana vida hedonista que infecta nuestras plazas, calles y parques y sean más quienes desde la salubridad civilizada hacemos de esta hermosa ciudad un nido de confort.
Anuncio, extra-oficialmente y que no sirva de precedente, la inmediata concesión de poderes y licencias de plena actuación a los empleados del servicio de limpieza urbano para que, sin previa autorización judicial, ejerzan su fuerza disuasoria, contundente y ejemplar usando los instrumentos pertinentes en su trabajo para disuadir a tales elementos hedonistas insalubres de su reincidente ocupación de las calles; que solo hacen que drogarse y asustan a la ciudadanía, humillándonos con su modo de vida auto-destructivo, su mal ejemplo; sus psicologías malversadas contaminan el medio-ambiente emocional de la ciudad; abriremos centros de re-planificación vital en donde podrán beneficiarse de nuestros cursos de suicidio asistido, macramé erótico, fabricación selectiva de helados y un cursillo intensivo de floripondiación monocular.

Sin más, mi estimado sr.Durán, deseo que este escrito hecho con mi puño y tecla, le transmita seguridad, confianza y estima.

Gracias;

Y no dejen pasar esta fantástica oportunidad: piso protegido, vida protegida.

Hble. Excmo. Sr. Alcalde Jordi Portareu Rovillol

HECHOS INSÓLITOS- Nº2

CARTA AL DIRECTOR EN UN DIARIO LIBERAL E INDEPENDIENTE

El otro día paseando con mi esposa e hijos por las concurridas Ramblas, tan nuestras y queridas, a la altura de los chiringuitos de pajarillos, fuimos testigos del último acto criminal del “jinete misterioso”; sirva este escrito como testimonio complementario de las cientos de noticias e informaciones ofrecidas por los medios, tan nuestros y queridos, y también como testimonio de dolor y pésame por las víctimas inocentes de esta abominable masacre.
Apareció, irrumpió de repente, cortando cabezas, abriéndose paso entre la gente descargó su furia criminal, paseó a discreción la espada, cercenó con destreza las testas de unos cuantos transeúntes que ningún daño han hecho para merecer tan injusta muerte; y yo me pregunto, ¿dónde estaba la policía en esos momentos?, ¿eh?, multando ciudadanos seguro, o atendiendo a algún guiri mamado que sitúa la sagrada familia cerca de las atarazanas.

Finalizada la siega de cabezas, el jinete se fue como vino: de la nada; la antes abarrotada avenida peatonal se había convertido en un macabro huerto de cabezas separadas de sus cuerpos (disculpen la metáfora horticultora), en un horrible tablero de ajedrez de sangrantes encéfalos a juego con el suelo de lindas baldosas modernistas (disculpen la metáfora), en un surrealista plato de espaguetis a la carbonara champiñones antropomorfos (ruego vuelvan a disculparme la metáfora), en una metáfora cuál huerto de ajedrez a la carbonara humana (disculpen…).

No pocas de estas cabezas yacían con los ojos aún abiertos de asombro reflejo de su último acto en vida, algunas con semblante serio, otras mostrando indignación post-mortem; una colgando graciosamente del borde de una papelera, otra que había ido a parar dentro de un carrito de bebé, por fortuna sin bebé traumatizado pero por desgracia mostrando una cruel escultura digna de un Joan Brossa perturbado; me fijé especialmente, no sé porqué la verdad, en una testa con las cervicales al aire supurando líquido medular en un goteo cual tic-tac paradigma del tiempo vital brutalmente detenido, y esa testa presentaba cortes perfectos dignos del mejor charcutero olímpico; no puedo dejar de reseñar, y pararé con los detalles, las testas recién aprovechadas como alimento fresco por los perros que debido a la irresponsabilidad de sus dueños (si los tienen) andan sin la reglamentaria correa y, claro, así pasan estas cosas…

Repito, ¿Dónde se hallaban los cuerpos de seguridad?.

Me pregunto, haciéndome eco, estoy seguro, de la indignación y el temor de la mayoría de ciudadanos honrados que desean mantener la cabeza sobre los hombros, ¿asistiremos impotentes de nuevo a otro ataque del jinete-asesino espontáneo?,¿el ayuntamiento y la policía van a tomar medidas para que este horrible suceso no vuelva a repetirse?, ¿qué vamos a hacer los desprotegidos ciudadanos?, ¿pasear con nuestras esposas e hijos ataviados con incómodas armaduras?,¿y en verano?, ¿hay justicia en este país?.deberían pensárselo dos veces antes de conceder terceros grados a los presidiarios.

¿Para cuándo una normativa que obligue a llevar los perros atados por la calle?

Esperamos respuestas Sr. Alcalde.

Gracias. Manel Domingo Durán

miércoles, 5 de agosto de 2009

HECHOS INSÓLITOS- Nº1

Sucedió una media mañana dos veranos atrás.

Esperaba a cruzar una ancha avenida peatonal cuando, de repente, una avalancha de nieve cayó desde lo alto de un edificio de ocho plantas dando muerte instantánea a tres viandantes. Según cuentan varios testigos, los fallecidos viandantes fueron alertados con suficiente antelación del inminente peligro que corrían mientras la enorme masa nívea amenazaba con precipitarse.

Los tres viandantes estaban debatiendo acaloradamente sobre la conveniencia de adoptar el socialismo real como vía única y plausible hacia la paz y la justicia social, considerando que el pueblo no apoya en masa, en un principio, tan magnífica opción y que se debe recurrir a la lucha armada y a el proselitismo en los supermercados, ya lo agradecerán. Ajenos a la fatalidad, hacían caso omiso de las advertencias, tomándoselas como el reflejo del estado mental colectivo de un proletariado corrompido y alienado por la televisión que propaga el miedo y la paranoia. Los ciudadanos bienintencionados (efectivamente alienados por la televisión) se hallaban formados en corrillo observando con una mezcla de atónita curiosidad y pánico la formación de nieve que, cual pasta dentífrica saliendo a presión del tubo, asomaba desde un punto inconcreto de la terraza del edificio, presagiando el fatídico alud.

Las investigaciones efectuadas por la comisión encargada de investigar el caso, denominada para tal efecto “Comisión Encargada de Investigar el Caso, Denominada para Tal Efecto (C.E.I.C,D.T.E), tras varios meses de entrevistas, simulaciones en ordenador, mediciones, búsqueda de pruebas y testimonios, no halló aparente causa física para el fenómeno. No había explicación empírica para la aparición y precipitación de una masa de 30 toneladas de nieve en pleno centro de una gran ciudad mediterránea, en la cual debido al sí demostrado empíricamente cambio climático ni nieva en invierno ni es posible por esto mismo la acumulación de nieve en ningún punto de la misma.

Es más, y ahí radica aún más el misterio: ¿nadie fue capaz de neutralizar ese peligro, contener o incluso derretir 30 toneladas de nieve en la terraza de un edificio de uso público en plena ciudad?, repito… ¿nadie?... ¿dónde estaban los bomberos con sus mangueras de agua caliente?, ¿dónde se hallaba los cuerpos especiales de intervención invernal?....¿eh?

El edificio en cuestión alberga la sede del Ministerio del Interior (MI), el cual como su nombre indica se halla en el interior. Este dato, en principio no ligado al hecho anormal acontecido, sirve de prueba a aquellos que defienden la posibilidad de que el susodicho ministerio esté desarrollando un arma de destrucción selectiva y que la avalancha resultante fuera un experimento que se les escapó de las manos a los tecnócratas conspiradores, y el hecho de que causara la muerte por aplastamiento a tres influyentes miembros de la internacional socialista-realista demuestra la existencia de una campaña secreta para neutralizar, de una manera ilegal, sucia y no consultada con la oposición, el creciente movimiento socialista internacional.

Escéptico me muestro ante tal teoría, pues en primer lugar qué sentido tiene hacer de una avalancha de nieve un arma destructora si esta nación no está en guerra con ningún país en el que abunden las nieves; en segundo lugar, qué sentido tiene producir avalanchas de nieve cuando quedó bien claro en la conferencia de Yalta (1944: Stalin, Churchill, Hitler y Toro Sentado que se quedó de pie, feo detalle) que las armas de destrucción selectiva del tipo avalancha nívea mortal quedaban prohibidas; radioactividad sí, nieve no.

Casos como este y el del jinete decapitador espontáneo que asola nuestras calles, entre otros, están creando un clima en la ciudadanía y en la opinión pública que roza la histeria colectiva; la naturaleza aparentemente espontánea y caótica de estos actos, lo macabro y súbito de estos sucesos están paralizando la actividad cotidiana de la ciudad, no así la de los bancos ni iglesias.

¿Cuál será el próximo hecho inexplicable causante de terribles muertes, normalmente violentas, que azotará nuestras vidas?

Churrerías que explotan repentinamente a las 6 de la mañana, dejando a su alrededor una masa informe de cadáveres carbonizados con porras y churros incrustados grotescamente en los inocentes cuerpos cual metralla mortal de crema y/o chocolate.

Bicicletas del servicio subcontratado, pero dicen que público, Pedaling, que poseídas de vida propia dirigen al ciclista inocente bajo las ruedas de un autocar o haciendo el caballete sin previa orden psicomotriz del conductor se estampan contra un árbol.

Combustión espontánea de quioscos.

Adolescentes que se cortan las venas en masa, preferentemente en horario escolar, en las tiendas Fnac, sección música, inducidos al suicidio todos a una por una misteriosa voz que susurra por megafonía: “un rayo de sol uo-o-o…”

¿Qué pasa en el mundo?

Extraño mundo.

Buscamos un porqué a tanto hecho inexplicable y no lo encontramos.

Los maratones televisados de recogida de fondos para los familiares y simpatizantes de las víctimas no dan abasto, causa común de científicos y políticos es hallar solución o al menos explicación a tan extraños fenómenos.

No más familias destrozadas por jinetes, avalanchas, churrerías, fontaneros caníbales, no más electrocuciones en cadena de locutores de radio; no más misteriosas criaturas peludas de 4 metros de altura que lanzando rayos desintegradores aniquilan grupos de turistas en apenas segundos y encima se ríen y emiten ensordecedores bramidos guturales; basta de lluvias mortales de radiocasetes de los 80.

¡Basta!