jueves, 7 de octubre de 2010

Las vueltas que da la vida- cap.3

-¡oiga no me pise el verso!

-perdone, no lo había visto...

-al menos ponga la coma en su sitio

-ahora mismo, no se preocupe....¿su nombre?

-Silvio Potasio

-anda, estoy hablando con un Potasio

-...y pisándole sus versos...y usted, ¿a qué se dedica?

-me llamo...

-el nombre es sólo un sustantivo

-vale...soy poeta del pueblo

-¿de qué pueblo?

-de por aquí cerca

-¿y ese loro rojo?

-es mi musa

-yo aro con burro

-lo tendré en cuenta. Sr.Potasio, un honor hablar con usted. Apresuro que queda poco rato de sol.

-por eso no se preocupe, aquí nunca se pone

-qué bello

-no se crea

-puede tutearme

-si lo hago rompería una promesa

-es lo que tiene hacer promesas

-¿ironía?

-no, un hecho. Análisis objetivo del mismo

-no romperé mi promesa, poeta del pueblo

-sus palabras denotan ironía....ah, cómo duele esta muela

-camino del médico encontrará la panadería. Escriben unos panes hiperbólicos deliciosos, no muy salados ni tampoco sosos, y bien crujientes

-gracias. Buenos dias

-que nunca acaban. De nada, no hay de qué

-¿no?, ¿de cuál sino?





(han transcurrido 10 minutos)



-qué bien que hayas llegado amor

-creo que nadie me ha reconocido, aunque sospecho del payés con albornoz, su mirada...

-¿ha roto su promesa?

-no

-lo importante es que ya estás aquí. Vamos a la cama

-venga, esta vez echamos dos, pero antes quisiera prepararme un bocadillo con este crujiente y riquísimo pan hiperbólico que acabo de comprar

-me pone muy caliente verte hacer bocadillos....eres un cachondo

-cariño está ardiendo el recuerdo de Menorca

-combustión espontánea de recuerdos. Hace poco leí un reportaje sobre el tema. Dejémoslo arder, no debemos interferir en el orden natural de las cosas y sucesos

-ahá...¿decías?



-¡todo el mundo al suelo!

-no te preocupes, es mi tío Mejero

-hola Mejero, ¿cómo andamos?

-con las piernas maldito insurrecto....te voy a cortar el pelo a mordiscos pervertido

-vale vale...cariño, ¿nos comemos el bocadillo en la cama?

-usted no tío, usted se queda, ale a desmantelar democracias por ahí...

-podéis tutearme

-no, rompería la promesa



(un tiempo indeterminado después)



-qué bello trinar el de las aves silvestres

-¿oyes el estrépito de las cascadas mágicas, tal simfonía de aguas bravas?

-estrépito abismal, rugir imparable, ingobernable

-fuerzas sin mesura que nos empequeñecen, belleza primigenia, orden y caos en perpetua inercia... y nosotros desnudos sobre estas cálidas sábanas...

-practiquemos sexo otra vez

-me haré otro bocadillo

-no, cómprame un helado

-ahora vengo...



Y no volvió nunca más.



Silvio Potasio araba sus versos, en un de sol a sol eterno cultivando los frutos de la tierra.



El pan se cocía a fuego lento en el horno.



El tío Mejero desmantelaba democracias parlamentarias en su universo paralelo.



Las cascadas mágicas se tornaban río manso de corrientes moribundas languideciendo en un mar lejano.



-¿vas a seguir escribiendo ñoñeces?

-....

-sí, tú. El que escribes. A ver si te aclaras.

-¿....? escribo lo que me da la gana, que para eso escribo

-no estamos de acuerdo los personajes de este “relato”con la dirección narrativa elegida, que lo sepas.

-cariño, cálmate, al fin y al cabo existimos gracias a él.

-no amor. Aquí y ahora existimos en su parcela de mundo imaginario que en estos momentos desarrolla él solito. Antes existiamos y después seguiremos haciéndolo también.

-no estoy tan segura. Creo que yo antes no existía.

-¿....?

-sabia reflexión compañera. Tu chica tiene razón.

-mi chica en tu cabeza, hace una hora ni la conocía. Me limito a hacer mi papel.

-eres un frívolo.

-un payés con albornoz, panes hipermétricos, un loro rojo como musa....qué nivelazo.

-esto es absurdo.¿crees que tienes vida propia?, y los panes són hiperbólicos.

-si, tengo vida.

-la estoy escribiendo yo.

-¿seguro?. Podemos probar.

-probar qué.

-a escribir nosotros.

-no, de ninguna manera, sería arriesgado.

-arriesgado dice...

-cariño...

-no me llames cariño, ahora no es el contexto adecuado.

-eres un mamón.

-basta, aquí mando yo. Seguiré escribiendo lo que me dé la gana. Y punto.



-¡oiga no me pise el verso!

-ya te vale, eres cruel.

-es broma. Prosigamos.

-tú mismo.



El poeta del pueblo finalmente volvió de la heladería. Abandonó la idea de redundantemente abandonar este mundo absurdo y desolador a través del suicidio, así que volvió.

Chica, chico y loro rojo inspirador, los tres seres iniciaron la búsqueda de un nuevo hogar. De mútuo acuerdo partieron al amanecer.



Recorrieron tierras extranjeras de raros topónimos, foráneas comarcas habitadas por gentes de extrañas hablas, siempre hacia el sur. Encontraron a su paso haceres y costumbres, distintas pigmentaciones de la piel, otras floras y faunas. Atravesaron un vasto desierto que por poco les roba la vida. Con un hermoso caballo negro, corcel de tiro del nido de amor-carromato usurpado a las fuerzas de seguridad de su país natal. No fué fácil travesía.



Durante el viaje, transcurrido el periodo habitual de gestación, fueron padres de una preciosa niña de pelos dorados, cuyo nombre ignoro pues por propia decisión narrativo-estilística así lo creo pertinente.



En cada pueblo, aldea y ciudad el poeta recitaba sus dotes en el verso, usando la lengua del lugar en una muestra de prodigiosa habilidad políglota. A cambio recibían comida, ropajes. Valga narrar que la estrella muchas veces fuera el loro rojo, quien también mostrando innatas cualidades, seducía a los nativos realizando ejercicios de artes marciales con una sola pata mientras silbaba sonatas de Bach. Espectacular.



Pasaron las estaciones y allá donde el sol alcanza su máxima perpendicularidad todo los días del año, en el país de las frondosas estepas ignotas, de las fieras salvajes (redundancia), construyeron su hogar en lo alto de un noble árbol tan milenario como el país parada final de su transhumancia.



El pueblo nativo de esas tierras los recibió con los brazos abiertos, prestó todo su apoyo y bienintención para integrar y acoger a los nuevos arribados.



Los tres aprendieron las costumbres y la lengua del país. El loro se negó, cosa de musas. Se integraron con facilidad, dedicándose en colectivo trabajo a la caza y recolección mano a mano con sus vecinos.



Las gentes del lugar, el pueblo así llamado Otogungi, los bautizaron como Shewakatoki (chica blanca de voz estridente), Munzungutapi (poeta de las estepas que hablan) y Konkoangawa (la niña de los cabellos solares).



Shewa, Munzu y Konko (para abreviar), vivieron hasta el fin de sus dias en esas bellas tierras.



Hoy en día, en el lugar donde se hallaba el árbol-casa de la família, bajo una lápida conmemorativa yacen los cuerpos de la pareja. Konko siendo ya toda una mujer hecha y derecha, vivió la llegada de la civilización del norte traida por los hombres (sólo hombres) de piel pálida como la suya, y no pudiendo resisitir los irreversibles cambios introducidos en su modos de vida, acabó trabajando como taquillera en los famosos cines Tropifilm. Hoy en día son la atracción top hit del país, multisalas ubicado dentro del parque temático Wild Savannah, construido para orgullo de la nueva y soberana nación-estado de Furkina Baso.



Sus hijos Mawetomi Charles y John Bumbaka Charles limpian a tiempo completo las instalaciones del parque. En su tiempo libre tocan juntos en una banda de rock selvático, ensayan temas propios y versiones en xilófono de Plácido Domingo.



En los invernaderos, visibles desde el espacio exterior, se consiguen cuatro cosechas al año de pan hiperbólico.



Fridmund Soid estudiando el caso de un anciano demente que imaginaba golpes de estado a todas horas, inauguró toda una disciplina científica en el estudio de la mente humana: el psicoanalismo, que como su nombre indica es la perfecta síntesis entre la psicología y la ciencia anal. Hoy en día todavía se ignora su uso práctico.



Las cascadas rugen, el río silba, el mar silencia.



Los loros rojos inspiran.

1 comentario:

  1. Hermano, ante todo gracias por tu visita y comentario en mi blog. Yo, en cuanto pones algo por aquí, me llego y disfruto. Es prodigioso como escribes, todo un derroche de imaginación, una ambrosía, supongo pan hiperbólico o caldo a base de loro-musa, todo es posible en esos territorios que creas en un modo tan peculiar. Idioma y musa domesticados. Un gran abrazo con felicitaciones.

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