jueves, 9 de julio de 2009

POEMA DE LA TOMA DE CONCIENCIA


tomo conciencia y ella me toma,
juntos lloramos, nos contamos las penas,
recordamos grandes momentos,
lloramos codo a codo,
después abrazados,
y al final nos fundimos
pero sin confundirnos;
nos fumamos el último cigarrillo,
ya nos llamaremos…

es bello darse cuenta,
reflejarse en un espejo
para después romperlo,
entre añicos volver a reflejarse
y reparar la imagen
que no el espejo.

son trizas las lágrimas de un reflejo lloroso,
de la irrompible fragilidad;
busco un motivo,
le propongo un trío,
con conciencia y conmigo mismo,
será que no habrá nunca
un último cigarrillo…

tomémonos, llorémonos,
en la parsimonia de tan grácil reencuentro,
en un “menage” proconceptivo,
antiprofiláctica trinidad;
a pelo, a piel,
a toma y daca,
a cuero concienzudo.

es una orgía liberadora
que hace inútil los tapujos
e invalida la tristeza.

es una tregua redentora
que hace inútil el combate
e invalida las trincheras.

tomo conciencia y ella me toma.

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